MANUEL V. FEBRER ROMAGUERA JOSÉ ROYO MARTÍNEZ JOSE R. SANCHIS ALFONSO

FELIPE IV, MEDIANTE CARTA REAL, EN 1621 INDEMNIZA A LA CONDESA DE ALAQUÀS POR LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS
La expulsión de los moriscos en 1609 no solo supuso una importante pérdida demográfica en el Reino de Valencia sino que sus consecuencias se irradiaron a todos los ámbitos de la economía valenciana. La nobleza se vio especialmente perjudicada por esta situación y buen ejemplo de ello es la misma condesa de Alaquàs. Pretendemos analizar en este artículo una carta real del rey Felipe IV otorgada en 1621 para indemnizar en parte a la condesa de Alaquàs por las consecuencias de la expulsión en sus señoríos. Tras las expulsión, y durante gran parte del siglo XVII, la nobleza valenciana continuó en serios apuros económicos, agudizándose su situación anterior, al depender los ingresos en buena medida de la producción agraria, y como consecuencia de la lenta recuperación del campo (1). Quien pagó los platos rotos de la crisis fue la burguesía urbana. Los señores que tenían un endeudamiento crónico habían ido recibiendo cuantiosas sumas en préstamo mediante un antiguo tipo de hipoteca llamado censal, para su garantía utilizaron propiedades suyas y en otras eran sus vasallos moriscos los que se obligaban. Con su desaparición se planteó quien pagaba las pensiones. Las pragmáticas dadas en 1614 y 1622 obligaron a pagar las pensiones a los señores pero reduciendo su interés al 5% (2), con numerosas consultas al rey sobre cómo dar una solución a las problemáticas planteadas (3). Por su parte, la conflictividad entre la corona y los señores llegó a casos extremos, así éstos además de los bienes de los expulsados en sus señoríos pretendían quedarse con las tierras de moriscos en los realengos.

(1) ARDIT LUCAS, Manuel, "Los Moriscos" en Historia del Pueblo Valenciano, Valencia, 1988, v. II, p. 450-451. (2) Op. Cit. 451-452. (3) TORRES MORERA, Juan Ramón, Repoblación del Reino de Valencia después de la expulsión de los moriscos, Valencia, 1969, p. 147-148.

-37-

Ante la ruina económica de los miembros de la nobleza, la corona acudió en su socorro y además de las donaciones de las tierras de los moriscos en las zonas de realengo y de la reducción de los intereses de los censales, recibieron como vamos a ver pensiones anuales de alimentos por concesión real. Otros nobles beneficiados fueron el duque de Gandia con casi 8.000 libras, el marqués de Guadalest con 1.500 libras, el conde de Real con 1.000 libras, etcétera. Además de importantes cantidades a fondo perdido (4). A pesar de las indemnizaciones anteriores recibidas por la condesa de Alaquàs del rey Felipe III, por la ex(...)