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  Estudios y documentos

Año:1999
Pg:67-88
Título: Vida cotidiana en el Alaquàs del siglo XVIII.
Autor: Martínez Ibáñez, Enrique | Fort Navarro, Albert
Periodo: História Moderna
Materia:  Justícia
Siglos: XVIII
Tema: Estudios y documentos-Justícia
Idioma: Castellano



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ENRIQUE MARTÍNEZ IBÁÑEZ y ALBERT FORT NAVARRO

VIDA COTIDIANA EN EL ALAQUÀS DEL SIGLO XVIII

El año pasado iniciamos nuestra colaboración en esta revista con un artículo sobre vida cotidiana, en el actual, continuamos con la misma temática y pretendemos convertirlos en una serie. Si en el número anterior comentamos temas sobre el trabajo complementario de unos labradores y las relaciones amorosas de una pareja no muy bien avenida, en el actual nos vamos a referir a la elección de un alcalde y sus concejales, protestada por un grupo de vecinos que alegan el incumplimiento de la ley en su designación. Además comentaremos las vicisitudes de una dote, su constitución, pertenencia y herencia, en un ambiente de pobreza y necesidad. Ambas historias transcurren durante la segunda mitad del

siglo XVIII.
1a Parte: Una elección de alcalde y concejales para 1766 muy protestada. Durante el siglo XVIII la selección de los miembros del consistorio municipal, en los lugares de señorío, seguía unas pautas muy diferentes al actual sistema electoral. Los cargos se renovaban anualmente. El alcalde y los regidores salientes proponían al señor del lugar una terna para cada puesto. Esta propuesta la recibía el señor o su administrador general; en este último caso, el administrador elegía a los miembros definitivos y los proponía al señor, que era quien hacía efectivo el nombramiento, pues era una de las atribuciones de su poder jurisdiccional sobre la villa. Los elegidos debían satisfacer algunas condiciones legales y otras prácticas. Entre las primeras estaba lo que llamaban "guardar el hueco": no debían nombrarse aquellos que lo habían sido en los dos años anteriores; tampoco aquellos que guardaban alguna relación familiar, hasta de cuarto grado, con los salientes. El objetivo de estas condiciones era asegurar el leal cumplimiento de sus cometidos, evitando al máximo cualquier favoritismo. Entre las condiciones prácticas estaba contar con ciertos caudales propios, pues era frecuente tener que adelantar dinero para poder hacer frente a los gastos urgentes del municipio. También existía una norma por la cual las personas que practicaban un oficio mecánico (manual o artesanal) no podían acceder a ciertos cargos públicos, aunque parece que estaba en desuso; en años anteriores, algunos alfareros habían ocupado asientos en el capítulo de la villa. En el caso que vamos a narrar se conculcan casi todas las normas legales vigentes. La clave del conflicto pude residir en el intento de un grupo clientelar,
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cohesionado por lazos familiares, de amistad o interés, de mantenerse en el poder, variando ligeramente los cargos regentados por cada uno de ellos. De esta manera bloqueaban el acceso a otros vecinos, que podían sentirse agrav(...)



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