MARÍA ESTEVE LLÁCER

DE CÓMO SE COMÍA EN ALAQUÀS

Una gran parte del patrimonio cultural de nuestros pueblos no sólo lo conforman las costumbres, las fiestas, los refranes, las instituciones políticas o las formas de vecindad o de solidaridad, sino que también la comida, la cocina, la mesa, las golosinas, forman parte de la idiosincrasia de cada pueblo, favoreciendo además las convivencias familiares y amistosas, siendo a la vez motivo y eje de nuestras fiestas, reuniones conmemorativas etc. Concretamente en nuestro pueblo, estaban perfectamente definidos los manjares y guisos de todos los días, los extraordinarios para los días grandes, bodas y bautizos, así como los dulces y golosinas. Ahora que la dieta mediterránea (algo que en nuestra comunidad ha constituido siempre lo cotidiano) está de moda, pienso que sería bueno volver a poner en órbita nuestros antiguos y sabrosos platos infinitamente olvidados y aún desconocidos para las últimas generaciones. Nuestro pueblo, que tiene la suerte de estar colocado geográficamente entre la tierra baja de la costa y la esplendidez de nuestra huerta, ha podido poner sobre su mesa, hasta en las más humildes ocasiones, platos tan económicos como l'arròs en fesols i naps. Del arroz, elemento base de nuestra cocina y de las innumerables recetas para cocinarlo, nuestras mujeres de antaño sabían muchísimo y , aunque afortunadamente quedamos muchas que continuamos cocinando nuestros platos de siempre, se observa con pena que la gente joven, en general, ha abandonado la cocina cotidiana para comer arroz chino metido en sobres desde Dios sabe cuándo, latas de albóndigas hechas con no se sabe qué, o grandes hamburguesas. Y todo recalentado en hornos microondas. Creo que sería buena idea, que desde alguna entidad pública como el Ayuntamiento, se pusiera en marcha algún tipo de actividad encaminada a hacer presente entre nuestra gente la cocina valenciana y en concreto la de Alaquàs. Sería interminable detallar las recetas de nuestros platos autóctonos, pero
-175-

no puedo dejar de recordar nuestros arroces y por supuesto el rey de ellos, la paella, que es como el retrato físico de nuestra Huerta, como l'arròs a banda lo es de la Marina y el all i pebre de la Albufera y la Marjal. Pero no hablemos de ellos sino de los que se podría decir que son verdaderamente autóctonos del pueblo. Debo puntualizar que l'arròs a banda, ahora tan actual, era conocido entre nosotros como olla de peix, porque se le llamaba arròs a banda al que se hacía con el caldo del cocido, nombre que se le da ahora a lo que antiguamente se conocía simplemente como olla. Y qué podemos decir de l'arròs en col i costellestes, que se cocina indistintamente en cazuela o en PAELLA, que no paellera, pues así se le llama a la p(...)