ENRIQUE MARTÍNEZ IBÁÑEZ

ANÉCDOTAS DE LA VIDA COTIDIANA DE ALAQUÀS EN TIEMPOS PASADOS.

Siempre que pretendemos acercarnos a nuestro pasado lo hacemos a través de los grandes hechos, los personajes importantes o las cifras macroeconómicas, sin embargo para poder comprenderlo mejor es imprescindible acceder a la historia de la vida cotidiana, a los pequeños acontecimientos que son comunes o están en el entorno de los hombres y mujeres corrientes. Por ello vamos a narrar algunos sucesos que acaecieron a personas que vivieron en Alaquàs, que no son trascendentales, pero que nos acercan al conocimiento de nuestros antepasados como seres de carne y hueso, similares a nosotros, con reacciones no demasiado diferentes y que, como ahora, están condicionadas, en parte, por las circunstancias en que se desarrollan. éstas son las que son diferentes a las nuestras, y son las que deberíamos conocer para terminar de comprender sus reacciones. Estas circunstancias, el marco en que se desarrollan sus vidas, están supeditadas por la historia de los grandes hechos, pero también en ellas tienen gran influencia los acontecimientos que en el ámbito local se producen, las relaciones de producción, los intereses y aspiraciones, tanto individuales como colectivos, las instituciones de que se dotan para organizar la vida en común, etc. Por ello nos vamos a ocupar de historias anecdóticas, sin importancia aparente, pero los trataremos didácticamente1, para intentar sacar algunas conclusiones que nos acerquen al conocimiento de las personas que vivieron hace siglos, ya que sus vidas y la sociedad que crearon influyeron en la construcción del presente.
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No en balde soy profesor de historia y lo he sido del I.B. de Alaquàs por cuatro años.

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LOS HECHOS La historia que vamos a narrar acontece a tres habitantes de Alaquàs, cuya actividad principal, como la de casi todos sus contemporáneos, era la agricultura. Pero para ellos no eran suficientes los ingresos obtenidos de la explotación de las pequeñas parcelas que poseían en común con sus señores2, viéndose obligados a realizar pequeños trabajos para completar sus ingresos. Nuestra narración es la pequeña historia de una de estas actividades. Nos encontramos en el siglo XVI, en el reinado de Felipe II, en tiempos de la España Imperial, cuando en los territorios del rey no se ponía el sol, pero también en la época de las bancarrotas reales y de la enorme deuda de la monarquía. Bajando un poco a la realidad cotidiana las cosas no eran tan brillantes, aunque tampoco muy malas. Estamos teniendo una fuerte inflación, hasta ese momento desconocida; la población crecía fuertemente; el número de moriscos se incrementaba más aún que el de cristianos viejos, eran más fértiles, no hay curas(...)