Any:1982 Pg:103-110 |
Títol: Discurso pronunciado por Virgilio Besó en el Cine Ideal de Alaquàs el dia 3 de Agosto de 1936.
Autor: Besó Ortí, Virgilio Període: Història Contemporània Matèria: Política Segles: XX Tema: Estudis i documents-Política Idioma: Castellano Vista prévia
DISCURSO PRONUCIADO POR VIRGILIO BESO EN EL CINE IDEAL DE ALAQUAS EL DIA 3 DE AGOSTO DE 1.936
Por Virgilio Besó -103- -104- NOTA ACLARATORIA Hace cuarenta años, que pronuncié un discurso. Al evocarlo de nuevo es porque lo considero de actualidad, debido al momento histórico que estamos viviendo. Es posible que el discurso que trato de reproducir esté más depurado debido a la mayor madurez de mis ideas, pero en esencia es el mismo. Aunque algunos han dicho que yo nací para la tribuna, la verdad es que he pronunciado muy pocos discursos en mi vida. No descarto la idea, de que si en nuestro país, no hubiese estado durante tantos años encadenada la libertad, posiblemente, yo hubiese llegado a ser un buen orador. Considero este discurso, como el que mejor ha definido mi humanidad; y también los dos más grandes ideales de mi vida: el ideal de la justicia y el de la libertad. -105- REFLEXIONES A UN DISCURSO Cuando aquella noche llegué al Cine Ideal, donde tenía que hablar, me quedé muy sorprendido al ver tanta gente en la calle. El motivo era que no habían podido entrar en el local, por encontrarse completamente lleno. Creo no equivocarme al pensar que la mayoría de aquel público, estaba ahí, más por curiosidad que no como una necesidad política o espiritual. Excepto muy pocos, los demás estaban convencidos de mi fracaso, pués yo, era desconocido como orador, y aquel era el primer discurso político que iba a pronunciar en mi vida. Cuando ocupé la tribuna, se hizo un silencio imponente y todas las miradas estaban fijas en mí. Al ver aquella gran masa de público, no sé lo que pasó por mi alma. Entonces comprendí la gran responsabilidad que pesaba sobre mí. Creo que fue el momento más crítico de mi vida. De buena gana me hubiera ido a casa. Pero no podía rotroceder, tenía que afrontar la situación con todas sus consecuencias. Y como siempre que me he encontrado en una situación difícil, vino en mi ayuda lo que no me ha abandonado nunca, la sinceridad. ¡Bendita sea la sinceridad!. Pronto recobré el dominio de mi mismo: que tanta falta me hacia. Conciudadanas y conciudadanos. Por segunda vez, vengo a ponerme en contacto espiritual con vosotros. La primera, fue en circunstancias normales para daros cuenta de porqué presentaba la dimisión irrevocable del cargo que vuestra confianza me había otorgado, como comprenderéis no estoy aquí por mi propio gusto. Son las circunstancias tan anormales que estamos viviendo, quizás las más anormales que tengamos que vivir en el transcurso de nuestra vida. -106- Quisiera hablaros con una gran serenidad de espíritu, y dialogar con vosotros sobre temas de idealidad. Pero no puedo; eso sería traicionar el deber. Atentar contra la inmaculada verdad, con un verbo tr(...) |